soundtracker

noviembre 6, 2006

Dicen que la música es el soundtrack de nuestra vida. Pero, ¿cómo hago para quitarme esa relación?… porque en general hay canciones que es genial poder escuchar para sonreír haciéndo un guiño a mi pasado y a la otra persona que podría sonreír con la misma canción. Pero ¿qué sucede cuando se trata de sufrir con una canción que en realidad me gusta y se convierte en relación obligatoria de un evento que preferiría no recordar? ¿por qué no puedo borrar estas relaciones de mi memoria y simplemente disfrutar de REM, Calamaro, Sigur Rós, los Stones o cualquier otra cosa altamente apreciable? Claro, hay que ver magnitud del reclamo, porque, siempre la vida tan paradójica, resulta que es la música que más me gusta la que se convierte en mi librería iTunes-cortavenas. He llegado a dos soluciones justas, o al menos sanas: a) adoptar los metodos de Laguna Inc. o b) usar una librería de canciones menos entrañables… a lo “qué huevada!“… (perdón, fue de taquito). Ninguna de las opciones me deja bien.

 

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