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persisto en que seas alto, en que no sepas bailar, en que el humor te gane la sobremesa, en que no falte la queja, la amargura boba y la irreverencia. persisto en tu intelgencia, en tu manera práctica y ocultamente infantil de ver las cosas. persisto en cierta falta de simpatía con el resto, de comunicación conmigo, de comprensión contigo, y algunos otros impedimentos predispuestos. persisto en tu capacidad de protegerme, de hacerme sentir chiquita cuando soy grande, para bien o para mal: de crecer sin detenerte. persisto en que seas alto mirando el horizonte, y yo poder mirarte hacia arriba. persisto en que no funcione, aún por la mermelada de frambuesa… pero sé que con figuritas repetidas no se llena el álbum, y entonces… ¿a qué rayos viene tanta persistencia?